PALMA UH DB ULTIMA MISA JAUME SANTANDREU. FOTO: JOAN LLADO | J. Lladó

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«Voy a luchar siempre con los de abajo». Así se despedía Jaume Santandreu, controvertido sacerdote mallorquín, en la que ha sido su última misa oficial, que se celebró anoche en la Parroquia Sant Francesc de Paula de Palma.

Ante unas doscientas personas, la mayoría familiares y amigos -entre ellos el abogado Rafael Perera-, Santandreu ofició una emotiva ceremonia donde recordó su trayectoria en la Iglesia, los buenos y malos momentos, sus disputas con los obispos, y defendió su particular forma de convivir dentro de una Iglesia tan tradicional.

«Hace 50 años que oficié mi primera misa en esta misma parroquia. Puedo garantizaros que nunca he dicho una misa deprisa y de compromiso. Cada misa la ha sentido como la primera», aseguró Santandreu.

Can Gazà

La última misa de Santandreu no podía ser una ceremonia tradicional. El sermón fue aprovechado por Santandreu para despedirse. Y el rector de la parroquia anunció que todo lo que se recaudase durante la misa iría destinado a Can Gazà, el refugio personas necesitadas que dirige el propio Santandreu.

«No guardo rencor ni odio a nadie. Quiero pedir perdón por si algún vez os he ofendido», subrayó el sacerdote mallorquín.

Santandreu rompió a llorar en varias ocasiones durante la ceremonia. En especial cuando una sobrina, al final de la misa, le dedicó un poema. Santandreu explicó que había pedido a su familia que si le regalaban algo fuese la segunda edición de uno de sus libros, cuyos beneficios de la venta también se destinarán a Can Gazá.

Santandreu reconoció que si el día que fue nombrado sacerdote hace ahora 50 años hubiese imaginado todo lo que le ha ocurrido posiblemente sólo hubiera acertado en su etapa como párroco en sa Pobla y su paso por Perú. «Me siento una persona privilegiada. Volvería a repetir todo lo que he hecho durante estos 50 años. Sólo eliminaría el sufrimiento inútil», admitió Santandreu.

El sacerdote mallorquín reconoció que su familia ha sido una parte importante en su trayectoria. Santandreu tuvo un recuerdo muy especial para su padre. «Somos una tribu que busca la justicia», recalcó el sacerdote mallorquín.

Jaume Mateu, presidente de la OCB, se encargó de una lectura del profeta Isaías. Tras la ceremonia se celebró una fiesta en Can Gazà.