En la imagen, varios obreros trabajando en la zona. | S. Amengual

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El Ajuntament de Palma ha acelerado el ritmo de las obras de la calle Fábrica para que estén finalizadas un mes antes de lo previsto, es decir, a principios del mes de diciembre. En concreto, los obreros trabajan durante todo el día y no paran ni a mediodía; sí lo hacen por la noche, que es cuando los locales de restauración de la zona tienen una mayor afluencia de público.


El equipo de gobierno de Aina Calvo ha decidido acelerar las obras de la calle Fábrica a petición de los restauradores, que quieren que las obras del eje cívico de Santa Catalina estén finalizadas antes de que comience la campaña navideña. Fuentes municipales aseguraron que este incremento del ritmo de la obra no supondrá un incremento de costes. Cabe recordar que el eje cívico de Santa Catalina cuenta con un presupuesto de 1,4 millones de euros, que son financiados por el Plan E.


Sospechas

El presidente de la asociación de vecinos Es Raval de Santa Catalina, Pere Felip, manifestó que sospechan que esta aceleración del ritmo de las obras puede estar motivada por el interdicto que presentarán la primera quincena de septiembre.


Como ya adelantó Ultima Hora las asociaciones de vecinos Es Raval de Santa Catalina y Casc Antic presentarán un interdicto con la intención de que el juez obligue a la alcaldesa Aina Calvo a parar las obras de la calle Fábrica, a las que los vecinos han manifestado en numerosas ocasiones su oposición. «El interdicto les ha preocupado y se están dando prisa para terminar las obras», manifestó Felip. Sin embargo, advirtió que aunque lo más probable es que cuando el juez se pronuncie sobre este conflicto las obras estén casi finalizadas seguirán adelante con el interdicto. «Nosotros tenemos que levantar nuestro honor, no podemos quedar en el pataleo de un pleno. Por ello, recurriremos a la parte jurídica para demostrar que tenemos razón», aseveró el presidente de la asociación de vecinos Es Raval de Santa Catalina. Además, añadió que si el juez les da la razón, el equipo de gobierno de Aina Calvo los tendrá que tener más en cuenta a la hora de decidir los usos de la calle Fábrica y evitar que no los escuchen como ha ocurrido con las obras. «Los restauradores fueron el embrión de este asunto. A nosotros nadie nos avisó; nos enteramos por los medios de comunicación», sentenció.