Numerosas autoridades asistieron a la misa. | J. Lladó

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La Seu se llenó ayer para conmemorar el primer aniversario del asesinato de los dos guardia civiles Diego Salvá y Carlos Saénz de Tejada, a manos de la banda terrorista ETA en Palmanova. Diego y Carlos siguen en la memoria de todos y para demostrarlo las principales autoridades de la Isla, así como familiares y amigos asistieron a la misa. Entre ellos se encontraban el president del Govern, Francesc Antich; el delegado del Gobierno, Ramón Socías; la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol; la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; el presidente del PP balear, José Ramón Bauzá; el comandante general de Balears, Juan Mariano Estaún; el coronel de la Guardia Civil, Basilio Sánchez; el jefe del Estado Mayor de la Comandancia General de Balears, José Luis Miguel Albarracín; representantes del sector naval y aéreo; así como el secretario de la Casa del Rey, Ricardo Díez; y el jefe de Seguridad de la Casa del Rey, Manuel Barros.

La ceremonia fue oficiada por el vicario general de la part forana, Rafael Umbert, ya que el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, se encuentra de viaje oficial en Perú. Umbert destacó que las vidas de Diego y Carlos «fueron sacrificadas brutalmente en el altar del servicio. Dieron sus vidas por el servicio a su país hasta la muerte». Sin embargo, añadió que «su sacrificio no quedará sin dar su fruto. Ojalá sean las últimas víctimas de la barbarie terrorista».

La ceremonia, organizada por la familia de Diego Salvà, estuvo presidida por una foto de éste sobre la bandera de España.