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La presentación del proyecto de Ley de Presupuestos Generales de 2010 ha revelado que Balears tiene previsto recibir 217'3 millones de euros en inversión directa, cifra que supone una rebaja del 24'6 por ciento respecto a este año; dato admitido por el propio delegado del Gobierno, Ramón Socías. A partir de este dato se ha desatado una auténtica batalla dialéctica para reinterpretar los datos en función de los intereses políticos de cada formación. El delegado de la Administración central, por su parte, añade a la inversión directa el importe de las transferencias de capital y los convenios con el Govern para alcanzar los 544'3 millones de euros como la aportación financiera del Estado en Balears durante el próximo ejercicio.

Los esfuerzos de Socías por maquillar el contenido de los Presupuestos Generales, cuya redacción todavía es provisional a la espera del resultado de su tramitación parlamentario, topan con la realidad. El descenso de la inversión estatal en Balears dobla a la siguiente comunidad en el ránking de recortes, Aragón, con un 11'42 por ciento de reducción de las aportaciones procedentes de la Administración central. Los datos son incontestables y, en el caso balear, inadmisibles ya que suponen la prolongación del agravio financiero que se viene sufriendo desde hace décadas. La situación se agrava, todavía más, teniendo en cuenta el contexto de crisis económica en la que se encuentran las Islas; a pesar de ello habrá que continuar, un año más, con la aportación al Fondo de Compensación Interterritorial.

El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero parece dispuesto a incumplir, un año más, sus promesas de una financiación justa para Balears.