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De momento son pocos los que practican el Rollersky en nuestras carreteras, pero con el tiempo puede que sean muchos más. Algo parecido sucedió hace unos años con los cicloturistas. De media docena rodando por nuestra a Isla pasaron a ser miles.

 

Este deporte se llama Rollerski y es, ¿cómo se lo diría?, como el esquí de fondo, pero sobre asfalto, que a falta de nieve obliga a disponer de unos esquís, o tablas, especiales -no todas son iguales-, con ruedas.

 

Ayer, en la carretera vieja de Sineu, nos encontramos con diez noruegos, el mayor de no más de 20 años, turistas, que lo estaban practicando. «Ninguno de ellos sabía que su Rey solía participar en la Copa del Rey de Vela, ni que Haakon y Mette-Martit pasaban las vacaciones en Mallorca y que una noruega, Eva Sannum, pudo haber sido princesa de Asturias.

 

Según nos contestó el que parecía el jefe de la partida, estaban haciendo un recorrido de unos veinte kilómetros. Llegaban empapados, pues es un ejercicio fuerte que pone en movimiento, sobre todo, brazos, piernas -especialmente gemelos- abdominales, gluteos, y que requiere mantener un ritmo a fin de lograr el equilibrio. Por todo ello, el Rollerski se convierte en uno de los ejercicios aeróbicos más completos. Igualmente, el manejo de los bastones, a través de los que se da el impulso a los skis, requiere también una gran sincronización.

 

De momento se circula por el arcén de forma disciplinada, uno tras otro, dejando una distancia entre ellos, procurando que nadie quede muy rezagado.

Pedro Prieto

Foto: Julián Aguirre