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En la campaña electoral de 2007 el PSIB encendió la alarma sobre el patrimonio de Matas, al denunciar públicamente sus dudas sobre el coste del 'palacio' que la familia Matas-Areal se había comprado en la calle Sant Feliu de Palma. Meses después, con la marcha del ya ex president a Washington las sospechas se dispararon. Compras de muebles de lujo, joyas, viajes... pero no fue hasta noviembre de 2008 cuando, a raíz de denuncias anónimas, en Hacienda y en la Fiscalía Anticorrupción, se puso en marcha una investigación seria. A partir de entonces hemos publicado en estas páginas todos los bienes que se han encontrado a Matas, unos de manera oficial, y otros encubiertos y que siguen siendo objeto de investigación.

A medida
En el 'palacio' de la calle Sant Feliu hay muchos puntos 'oscuros'. La sociedad que compró el antiguo convento sólo ganó unos cien mil euros después de las obras de reforma. El edificio se dividió en siete partes, pero la que ocupa la familia Matas-Areal es, con mucho, la de mayor extensión. En concreto se trata de una superficie construida de 597 metros cuadrados, más zona de terrazas. La impresión de los investigadores es la de que, desde la compra del convento, se hizo una operación encaminada a que el 'palacio' acabara en manos de Matas. Un dato, sólo curioso si se quiere, es que más de un año antes de comprar el inmueble el matrimonio ya encargaba trabajos de construcción.

El segundo gran asunto que se investiga es el del piso de Madrid, en el barrio exclusivo de Salamanca. Oficialmente el propietario es Bartolomé Reus, que lo compró el 28 de abril de 2005 por un millón de euros. Se trata del inmueble de mayor extensión del edificio, puesto que se han anexionado dos pisos, con una superficie total de 180 metros cuadrados. Nada más entrar en el piso 'alquilado', la familia Matas-Areal hizo obras de reforma, que duraron seis meses, y cambió todas las puertas, pese a ser nuevas y de gran calidad. La Guardia Civil ha emitido ya un informe en el que se asegura que el piso es de la familia del ex president, y que Reus, actual presidente de GESA y conseller con un Govern de Matas en la década de los 90, es en realidad el testaferro.

El tercer gran asunto se sitúa en la Colònia de Sant Jordi. Desde hace años Jaume Matas y su esposa solían pasar el mes de agosto en lo que, decían, era un apartamento. Pero de las investigaciones se deduce que en realidad se trata de dos, los señalados con las letras «G» e «I», y el adyacente está a nombre del cuñado de Matas y ex gerente del PP. Entre otros datos, se ha llegado a esta conclusión debido a que, cuando Matas era president tenía una escolta del Grupo de Información de la Guardia Civil. Cuando le preguntaron la dirección donde tenían que hacer las vigilancias, Matas, o alguien de su entorno, dió la de la calle sa Marineta, apartamento «I», que es el que, oficialmente, figura a nombre de un primo de Jaume Matas.

También se investiga si Jaume Matas podría ser el titular de un piso, situado en un edificio cercano al citado, en sa Colònia. Pero este es un asunto que de momento sólo puede citarse como sospecha, puesto que no hay ningún resultado que diga lo contrario.