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El Ajuntament de Palma ha suprimido 306 plazas de aparcamiento por la construcción de los nuevos carriles bici. En total, se trata de 12'8 kilómetros; exactamente 8'5 kilómetros (cinco carriles bici) se están construyendo con el fondo estatal de inversión local (Feilo); mientras que los 4'3 kilómetros restantes corresponden a la ronda urbana.

Precisamente, la ronda urbana (Miquel dels Sants Oliver, Balmes, Pere Garau i Manuel Azaña) es la zona más afectada, ya que la regiduría de Mobilitat ha eliminado 119 plazas de aparcamiento. Le sigue el carril bici d'Avingudes, que supone la eliminación de 74 plazas en Mateu Enric Lladó. En concreto, los vecinos de esta zona están muy indignados puesto que aseguran que pagan como residentes en zona ORA y no encuentran donde aparcar. «Nos tendrían que dar una solución porque no podemos pagar la zona ORA y un párking porque cada vez es más difícil encontrar aparcamiento», explica una de las vecinas de la zona.

Por su parte, el carril bici de Salvador Dalí ha supuesto la supresión de 40 estacionamientos y el d'Avinguda Picasso de 30. De los nuevos carriles bicis, el único que no ha supuesto la eliminación de ningún aparcamiento es el del Camí de Jesús.

Tanto las personas que residen en las zonas de los nuevos carriles bici, como las que se desplazan por motivos laborales o para realizar compras denuncian que aparcar se ha convertido en toda una odisea.

La solución que da el Ajuntament de Palma a la supresión de las 306 plazas de estacionamiento son los aparcamientos disuasorios. En este sentido, cabe recordar que se han creado 1.204 plazas de aparcamiento gratuito al lado de las paradas del metro de Son Fuster y de Son Sardina. Además, se ha habilitado la antigua parada de autobuses de Eusebi Estada, que cuenta con 110 plazas.

Sin embargo, los residentes argumentan que no es viable dejar el coche en un aparcamiento disuasorio, ir en autobús a casa y a la mañana siguiente volver a realizar la misma operación para buscarlo y desplazarse al trabajo. Muchos de ellos, aseguran que el transporte público de Palma, en particular, y el de Mallorca, en general, no permite llegar a todos los lugares de trabajo.