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La pequeña Naztya llegó desde Murmansk, al norte de Rusia, para disfrutar del verano y el sol de la Isla junto a Catalina y Fernando, sus padres de acogida. La niña, de siete años, reside en un orfanato para niños y adolescentes, pero desde el 12 de julio al 24 de agosto, pasa unos días familiares en Palma.

Tanto Naztya como sus padres de acogida son primerizos en esta experiencia, que los tres valoran como muy positiva. «Es muy sensible y sociable, amorosa y protectora. Cuida de sus muñecos como niños e incluso a veces pretende darnos de comer a nosotros», comenta Catalina.

Naztya se muestra muy juguetona y cantarina, incluso juega al escondite con el fotógrafo, pero siempre mirando a la cámara, sin esconder su vena coqueta. «Es muy presumida, cuando vamos a que se compre ropa, posa delante del espejo y se mueve como las princesas», añade la madre.

Fernando, explica, muy sorprendido y orgulloso, que la niña es tremendamente imaginativa: «Tiene un mundo interior muy rico, es muy creativa, se inventa juegos y les hace ropa a sus muñecos con cualquier trapo».

La niña llegó a la Isla sin hablar nada de español y pasados unos días ya es capaz de cantar la cucaracha o el himno a San Fermín. Incluso es capaz de reconocer los personajes de sus series de dibujos favoritas y comunicarse con su familia con las pocas palabras que conoce.

«Es increíblemente atrevida, cuando llego no sabía nadar pero ahora ya se tira a la piscina sin ningún miedo. El otro día vio a un chico dar tres volteretas en la piscina y tuve que sacarla del agua corriendo porque casi se ahoga intentando imitarle. Se atreve con todo, es una valiente», explica Catalina. «Eso sí, siempre mide el riesgo de sus acciones», añade Fernando.

«Procuramos hacer cosas diferentes con ella. Hemos observado que le gusta mucho la música, por lo que la hemos llevado a algún concierto al Castell de Bellver y San Ripoll», comenta la madre de acogida. «También nos gustaría enseñarle otros sitios de la Isla. Todo lo que hacemos estos días lo hacemos por ella, incluso le hemos preparado una habitación especial para ella», concluye el padre.