TW
0

Palmanova recordará bien el estío de 2009. A una pésima temporada turística se ha sumado el atentado terrorista que mató a los guardias civiles Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada el pasado jueves. Si el verano ya iba mal, la explosión no ha hecho sino agravar la situación, aunque también es cierto que ayer nadie hubiera dicho que hace tres días hubo dos muertes trágicas en la zona.

Afortunadamente el miedo no se impone. Así lo declararon ayer muchos mallorquines que cada domingo se desplazan a comer a la pineda de la playa. «No hay que tener miedo al lobo», decía Dolores Inserte. «Por supuesto que seguiremos viniendo a Palmanova. No nos van a acojonar después de 20 años viniendo», añadían otros acompañantes. De todas formas, había menos visitantes.

En la playa, el ambiente era diferente, bastante más desolador. Poca gente y muchas tumbonas vacías. Hay menos gente que otros domingo, decía un cobrador de hamacas. «Pero es que la temporada está siendo muy mala», agregaba.

Igualmente, las tiendas de souvenirs estaban medio vacías ayer domingo. Manola Bauçà, propietaria de Souvenirs Xaloc, lo explicaba así: «Antes y después del atentado, Palmanova estaba así, sin gente. La zona está tan vacía ahora como el domingo pasado. Los turistas saben que por donde viajen puede haber bombas y no se asustan para nada».

En los mismos términos se expresaba Carlos de la Torre, titular de la tienda Stop Palmanova: «El tema principal de la poca gente no es el atentado, aunque nunca se sabe cómo afectará. Lo cierto es que a los ingleses son a los que más les ha afectado».

Diego Alcaraz, responsable de Sol Hoteles, en primera línea de Palmanova, no llega a entender el interés de los etarras por atentar en este núcleo turístico. Indica que «la zona estaba en crisis» y que «sin duda la explosión de un coche de la Guardia Civil no nos beneficia».

Y mientras en la playa la gente comía, se bañaba o tomaba el sol, a pocos metros de distancia, en el lugar del atentado, el silencio impregnaba el ambiente. Allí, aumentan los ramos de flores y las visitas para tener un recuerdo hacia Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada. «Siempre héroes», «estamos muy orgullosos de vosotros», «que vuestras muertes sean las últimas en esta barbarie terrorista sin sentido que afecta a España», eran algunos de los mensajes que se han dejado en el lugar.