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Más de un millar de personas acudieron a la manifestación «Tots junts contra el terrorisme» celebrada ayer en Palmanova, a escasos metros de donde ETA dejó su sello mortal asesinando a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada García y Diego Salvá Lezaun, para dejar patente su repudio y rechazo a la banda terrorista.

Los presidentes del Govern y del País Vasco, Francesc Antich y Patxi López, respectivamente; la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín; varios miembros del Gobierno vasco, entre ellos, el consejero del Interior Rodolfo Ares; consellers del Govern, el delegado del Gobierno en Balears, Ramón Socías; el presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti; la presidenta del Consell de Mallorca, Francina Armengol; la alcaldesa de Palma, Aina Calvo; la eurodiputada Rosa Estaràs, subieron al estrado donde el alcalde de Calvià, Carlos Delgado, leyó un comunicado. También asistió el filósofo Fernando Savater. El sentimiento de rabia por los asesinatos presidió un acto marcado, también, por el dolor. Algunas de las pancartas expuestas por los asistentes reflejaban perfectamente esa indignación: «Fora ETA malaïts assassins»; «Pena de muerte»; «Llibertat mais mes ETA»; «ETA, barco de rejilla».

En varias ocasiones, los gritos interrumpieron la lectura de Delgado y, sin duda, el más coreado fue «Asesinos», «Viva la Guardia Civil» y «Pagarles con la misma moneda».

Delgado dijo a los presentes: «Hoy, aquí, en Palmanova, queremos decirles a ETA y a sus secuaces, a los que justifican, amparan y apoyan sus acciones, con todas nuestras fuerzas, con la determinación y la firmeza de los demócratas y de la gente de bien, que no tienen nada que hacer, ni aquí en mallorca, ni en el resto de España». El alcalde de Calvià se saltó el guión al finalizar su discurso e irrumpió en proclamas para dar 'vivas' a la Guardia Civil, al Rey y España, por ese orden. Más tarde, pidió cadena perpetua para los terroristas. Cuando ya acababa la concentración, uno de los hermanos del guardia civil asesinado, Diego Salvà, se dirigió a los asistentes: «Sólo decir que ayer me levanté con siete hermanos y hoy tengo como hermanos a todos vosotros» (en ese momento fue interrumpido por atronadores aplausos). «Amo a mi hermano. Nunca me voy a olvidar de él y no tengo palabras para agradecerles lo suficiente por estar aquí, y todos juntos somos muchísimo más fuertes», afirmó, con palabras entrecortadas por la emoción.

Poco después, mientras el delegado de Gobierno, Ramón Socías, hacía un balance de la manifestación y aclaraba la confusión creada tras la difusión de seis fotos de los etarras más buscados en estos momentos, subió al estrado la novia de Diego Salvà.

También, muy emocionada y con lágrimas en los ojos, dijo a los asistentes: «Sólo deseo justicia. Se han llevado lo que más quería». El hermano y la novia del guardia civil fallecido acudieron, poco después y junto a varias personas, hasta el mismo lugar del atentado para depositar una rosa.

En ese momento volvieron a registrarse momentos de gran tensión, rabia y nerviosismo. Los gritos contra «los asesinos de ETA» retumbaron en el mismo lugar del doble atentado mortal, el primero que se apunta la banda terrorista en Mallorca en sus cincuenta años de existencia.