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Con la llegada de día 1 de julio podemos decir que ya estamos en plena temporada turística. Pero el ambiente y la actividad de ayer no eran los mismos que años anteriores. Con respecto a las ventas en muchas tiendas, boutiques y centros comerciales se podría decir que es inferior a la del 2008, pero además en las playas se podía extender la toalla sin mucho problema.

 

El consumo en restaurantes y locales de copas en zonas turísticas de la Isla es quizás menor que otros años. Muchos empresarios aseguran que este verano lo mejor que les puede suceder es empatar y cubrir gastos, a la espera de una pronta recuperación de la economía. De hecho muchas familias optan por ir a la playa con la nevera cargada de bebidas y bocadillos, en vez de comer en el chiringuito o restaurante de la playa. En las zonas comerciales del centro de Ciutat hubo durante todo el día de ayer mucha gente, residentes y turistas mirando escaparates o paseando, pero pocos comprando. La Catedral o La Almudaina pueden ser de los pocos lugares donde se puede ver gente haciendo cola para entrar. Los conductores de calesas, taxistas y chóferes de hoteles también registran menos viajes de clientes. A lo que no se resisten muchos es a disfrutar de un buen helado para combatir las altas temperaturas.

 

El producto más vendido en heladerías y cafeterías son sin duda los helados y los botellines de agua.

Tras el día en la playa, los turistas pasean e incluso se refugian del calor en los centros comerciales o hipermercados donde el aire acondicionado refresca tanto que más de uno comenzará a despertar el primer resfriado o faringitis del verano.

 

Para los que, por el momento, no tienen vacaciones, hacer algo de ejercicio físico o patinar y montar en bicicleta por el Passeig Marítim sirve de desconexión a la espera del fin de semana, que ahora sí se presenta muy soleado y con temperaturas en ascenso, típico del verano que acaba de comenzar.