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La elección del portavoz del PP se cerró en clave interna para evitar problemas. Por eso, el grupo parlamentario adoptó una decisión salomónica para mantener la aparente calma interna que hay desde las elecciones del domingo. Así, el grupo parlamentario decidió que Francesc Fiol sea el portavoz del grupo el próximo año. En el último año de legislatura, el portavoz será Antoni Pastor. En el primer año, Pastor será el portavoz adjunto. Fiol lo será el segundo año.

Después de muchas horas de reuniones, la solución surgió del propio grupo parlamentario, que consiguió evitar una votación entre Fiol y Pastor que hubiese podido dejar a algún «herido» por el camino. Fiol tenía más apoyos en el grupo parlamentario, pero Pastor es necesario para cerrar filas en el PP. La solución salomónica surgió de la diputada Carme Feliu.

Estaras definió a los dos portavoces de políticos «de primera magnitud» y con «muchísimas ganas», por lo que el partido ha decidido apostar por la consigna de que «la unión hace la fuerza». «No nos ha movido otro espíritu que el que todo el mundo los vea juntos», dijo Estaràs.

Francesc Fiol opinó que la solución acordada es «muy buena» ya que ha evitado forzar una votación. Para Pastor, lo prioritario era «la unidad del grupo parlamentario» y no el deseo personal de ser portavoz. Pastor explicó que durante la reunión había planteado incluso renunciar a la portavocía si ello provocaba división. Finalmente, la presidenta Estaràs destacó «el trabajo de grandeza» del actual portavoz adjunto del grupo parlamentario, Joan Flaquer, por aceptar trabajar a las órdenes de Fiol y Pastor y renunciar a su cargo.