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CARMEN RUIZ DE GALARERTA El nuevo proyecto del segundo cinturón de Palma ya ha generado las primeras movilizaciones. Vecinos de sa Indioteria y sa Cabana han recogido un millar de firmas en contra del trazado de esta nueva vía que, en esta zona, afecta un total de 17 fincas en activo, además de crear un impacto «brutal en el paisaje y patrimonio rural de Palma».

Los afectados pusieron de manifiesto ayer que el trazado proyectado, que prevé una franja de reserva de 150 metros, no soluciona ni los problemas de accesos ni los de densidad de tráfico de esta zona: «Si hoy ya es una odisea poder atravesar el polígono industrial de Son Castelló para ir a Ciutat, el diseño de la nueva vía hará que se sature dado el previsible aumento del flujo de coches por la apertura de los accesos de la autopista de Inca, carretera vieja de Bunyola, así como de las carreteras de Sóller, Valldemossa y Puigpunyent, además del mismo polígono y del hospital de Son Espases».

Expusieron que la nueva carretera destruirá el paisaje semi rural que «resume nuestra historia de siglos». Antoni Reinés y José Lares-Franco, portavoces de los vecinos, hicieron hincapié en que la nueva carretera arrasará 17 fincas de esta zona, por lo que propusieron «no dejar la cuestión en manos de los políticos» y constituirse como asociación.

Los vecinos se reunirán el próximo lunes con el jefe insular de Carreteres, Gonzalo Aguiar, a quien le propondrán como alternativa iniciar la vía conectora de Palma unos metros más arriba y enlazar con la carretera de Sóller, además de crear un aparcamiento disuasorio al lado de la estación del metro para promover el uso del transporte público.

«Hace 35 años que padecemos los graves problemas de tráfico del polígono de Son Castelló, así que ya es hora de que nos escuchen», afirmaron los vecinos afectados, que ya ha enviado cartas de protesta al president del Govern, Francesc Antich, y a la presidenta del Consell, Francina Armengol.