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LAURA MORRAL El obelisco de la Plaça de la Porta de Santa Catalina se despertó ayer repleto de pintadas de color rojo. Los hechos se descubrieron a primera hora de la mañana, cuando los operarios que se encargan de las obras de remodelación de la plaza empezaron su jornada laboral a las 8.00 horas. Los empleados descubrieron que el monolito tenía pintadas uniformes hechas en rojo que afectaban a la base y a parte del obelisco.

El hecho se produce en el contexto en que un sector de la ciudadanía discute sobre la necesidad de mantener o no el monolito, erigido a principios de los años 40 en honor, según algunos historiadores, del grupo de los Jinetes de Alcalá, que contribuyó en la trama golpista de 1936.

El asalto tuvo lugar en la madrugada de ayer, cuando un grupo desconocido hasta el momento y que se hace llamar Milícia Antifeixista se atribuyó la acción. Así lo hicieron constar fuentes anónimas que contactaron con dBalears con el objetivo de que se diera a conocer el hecho. Según las voces no identificadas, el grupo opera en circunstancias «excepcionales» con el objetivo de mostrar su rechazo «más absoluto» al hecho de que todavía se conserven vestigios antidemocráticos.

La regiduría de Infraestructures criticó la acción y la atribuyó a «un simple hecho vandálico» o de un grupo «con una clara intención reivindicativa». El Consistorio desconocía quiénes habían sido los responsables. El área de Infraestructures recalcó que Cort mantendrá la decisión de conservar el monumento y puntualizó que los autores de la «gamberrada» pusieron en riesgo los restos de la muralla renacentista hallados en la Porta de Santa Catalina.