Imagen del Port de Palma con siete buques de crucero atracados en la Dársena de Ponent.

TW
0

GABRIEL ALOMAR/RUIZ COLLADO

La falta de líneas de atraque e infraestructuras va a condicionar el crecimiento del tráfico de cruceros turísticos en el Port de Palma en los próximos años, beneficiando con ello a puertos más modernos y con mejores servicios, caso de Valencia o Tarragona, circunstancia impensable hace unos cinco años, según declaró ayer el presidente de la patronal de las navieras APEAM, Miquel Puigserverm en el marco de la I Trobada Informativa organizada por la Autoritat Portuària. Una ponencia en la que repasó su historia, impacto económico y medioambiental en Mallorca.

Un mercado que a nivel mundial mueve 13 millones de turistas y que en el Port de Palma se acerca al millón anual, con algo menos de 500 escalas. La evolución de estas cifras se verá mediatizada si a medio plazo no se actúa de forma decidida en la ampliación y renovación integral del Port de Palma. Este hecho, así como las quejas de touroperadores, agentes de viajes y navieras, es lo que ha propiciado que la Autoritat Portuària, para intentar paliar esta situación, es lo que ha obligado a aumentar la línea de atraque del muelle de Poniente Sur en dos prolongaciones de 50 y de 380 metros. Una obra pendiente de la tramitacion de estudio de impacto ambiental y que una vez concedida se realizará en el plazo de un año.

Según Puigserver, la ausencia de lineas aéreas en conexión con Estados Unidos determina la segunda posición nacional del Port de Palma como base de cruceros, junto a la estacionalidad. Así, Barcelona que ocupa la primera posición en el Mediterraneo se ve favorecida por su conexión aérea trasatlántica y su condición de gran ciudad con atractivo en cualquier estación del año.

«Los operadores británicos y alemanes dominan el mercado favorecido por la buena comunicacion de Son Sant Joan con ambos países, pero esta coyuntura puede variar si el puerto no se adapta a las nuevas exigencias en materia de número y extensión de las infraestructuras en un futuro próximo», afirmó.

Tras la crisis de los años 80, a partir de 1995 este mercado empezó a recuperarse hasta llegar al actual boom, iniciado a partir del año 2000. Desde entonces los puertos de Balears han experimentado un crecimiento continuado (ver gráfico adjunto) que en Palma se ve comprometido en el futuro debido al continuado incremento en el volúmen de los buques. El aumento de las dimensiones de los nuevos buques de cruceros, de más de 250 metros de eslora, «exigen unas infraestructuras idóneas para su recepción, para lo cual hay que dar un respuestas, como así lo están haciendo otros puertos de la Península, al adaptar sus instalaciones», puntualizó el presidente de APEAM.

El impacto económico del turismo de cruceros es patente, ya que s gasta en tierra más de 60 euros por día, lo que representa un mayor consumo en la ciudad y en la oferta turistica complementaria. Puigserver dejó claro que la reforma del Port de Palma, «es urgente y vital para la Isla, como así ha expresado recientemente la Cámara de Comercio de Mallorca, que pide el inicio urgente de las obras de ampliación del puerto», afirmó.