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El vicepresidente del Govern de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira -que el día anterior salió en defensa del president de Catalunya ante las críticas de un grupo de diputados de CiU por el modo en que Montilla se expresaba en catalán-, dijo ayer que «lo importante es la voluntad con la que uno se esfuerza en aprender una lengua, más que la calidad».

Carod-Rovira respondió a las preguntas de este diario antes de presentar en la librería Quart Creixent de Palma su libro 2014, que parli el poble català (L'Arquer, Barcelona, 2008).

Carod-Rovira, sustituido hace algunas semanas por Joan Puigcercós en la presidencia de ERC, no quiso entrar a valorar un comentario de este último en relación a que si a alguien le gustaba el fútbol tenía que ir con la selección española en la Eurocopa. «A mí no me gusta el fútbol», dijo para no opinar.

Sí se refirió al llamado Manifiesto en defensa de la Lengua. Según Carod-Rovira, ese manifiesto es «la expresión de la alergia española a la diversidad».

En relación a cómo será la Catalunya de 2014 (plazo que propone para que el pueblo catalán defina cuál debe ser su futuro), el político catalán dijo que era «imposible hacer un vaticinio» pero abogó por un «proyecto nacional abierto» y apostó claramente por la reformulación de Catalunya.