Mari Àngels Cifre y Nuria Morro, preparadas para colocarse las Águilas y practicar los bailes.

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Pollença es el único municipio de Mallorca que conserva la tradición del baile de las Àguilas el domingo siguiente a la fiesta del Corpus. Otros municipios de Mallorca como Sant Joan o Felanitx conservaron durante años este ritual que se acabó extinguiendo con el paso del tiempo.

El baile de las Àguilas se acerca. La cita será esta vez el 25 de mayo de modo que las familias de las protagonistas (Maria Angels Cifre y Nuria Morro esta año) y el pequeño grupo de colaboradores voluntarios que vela por su conservación, trabaja ya contra reloj para que todo este apunto.

Detrás de los bailes ancestrales se oculta un trabajo de años en el que la seguridad es un factor primordial y es que la recolección y posterior colocación de las joyas que las Àguilas portarán en sus coronas y en sus capas es una cuestión completamente medida. Su valor, incalculable.

Las Àguilas son elegidas por sorteo una semana después del día de Pasqua siempre un año antes de que ocupen oficialmente su cargo. La semana posterior al sorteo de las Àguilas comienza la recolección de las joyas para el baile del domingo después del Corpus, todas ellas antigüedades. Las joyas que portan las Àguilas son todas cedidas por la gente del pueblo además de las de la Virgen del Puig que año tras año presta la Obrería.

Cada joya va marcada con hilos de colores (una combinación de colores para cada familia) para evitar así confusiones o extravíos y parece que el sistema funciona porque no se recuerda en Pollença un problema en este sentido. Tras marcar las joyas, estas se llevan directamente a la Caixa Colonya, entidad colaboradora desde hace siete años. Allí se guardan en la caja de seguridad y la semana previa a la fiesta, un equipo de bordadoras las cose a las capas en presencia de un guarda de seguridad.