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Las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) en Palma casi se multiplican por ocho los días laborales en relación a los festivos. Por citar un ejemplo, la estación de Foners (Palma) registró el pasado 19 de enero 79 microgramos de NO2 por metro cúbico mientras que en un día festivo como fue el pasado 12 de octubre (día del Pilar) la cantidad fue de 10 microgramos de NO2.

El dióxido de nitrógeno es un gas tóxico que producen los vehículos. Esta es la razón por la que la contaminación aumenta en la capital balear los días laborales.

Lo mismo ocurre con las horas punta. De este modo, la estación de Foners registró 185 microgramos de NO2 a las 9:00 horas del pasado 16 de enero, mientras que a las 17:00 horas de ese mismo día la cantidad fue de 54 microgramos de NO2. De este modo, en hora punta la contaminación en la capital balear aumenta un 70'8 por ciento.

Estos datos ponen de manifiesto la elevada densidad de tráfico rodado que circula por la capital balear y los efectos tan beneficiosos que tiene dejar el coche en casa, ya que el dióxido de nitrógeno es perjudicial para la salud y los seres vivos.

A pesar de la elevada contaminación que originan los vehículos, Palma ha vuelto a cumplir todos los niveles de contaminantes atmosféricos que marcan las normativas de referencia RD 1073/2002 y RD 1796/2003.

Por primera vez durante el año 2006, una de las estaciones de Balears, exactamente la de Foners en Palma, superaba el límite anual de emisiones de dióxido de nitrógeno. En concreto, el límite establecido es de 46 microgramos por metro cúbico de media anuales, mientras que se registraron 52 microgramos. En 2007 estos niveles se han reducido y la capital balear ha vuelto a cumplir todos los límites atmosféricos de contaminantes, incluido el de NO2, cuya media anual ha sido de 46 microgramos, justo en el límite permitido.

Aunque aún es pronto para determinar por qué se ha producido este descenso de contaminación en Palma, puesto que se trata de datos provisionales que los técnicos de la Conselleria de Medi Ambient tendrán que analizar durante los próximos ocho meses, todo apunta a que la lluvia ha tenido mucho que ver, ya que ha triplicado a la registrada en 2006.

De este modo, durante los cinco primeros meses del pasado año los valores registrados en la estación de Foners superaban la media estatal permitida, llegándose incluso a registrar 58 microgramos de NO2 por metro cúbico en febrero, mientras que a partir del mes de julio los valores comenzaron a descender significativamente. Las bajadas más pronunciadas se han producido precisamente durante los meses más lluviosos.

Estrany destaca que otro de los límites con los que hay que estar vigilante es con las partículas (PM10), puesto que Palma se aproxima a los niveles máximos permitidos. En concreto, el límite anual es de 40 microgramos de partículas de mediapor metro cúbico, mientras que tanto en 2006 como en 2007 la cantidad registrada fue de 33 microgramos. Otras estaciones que también se aproximan al límite permitido son Ciutadella y Sant Antoni, con 29 y 30 microgramos de partículas emitidas de media en 2007, respectivamente.

La capital balear es la más afectada por la contaminación y la única que ha llegado a incumplir uno de los límites anuales de contaminantes atmosféricos. Para mejorar esta situación, la Conselleria de Medi Ambient y el Ajuntament de Palma firmarán un convenio de colaboración durante el primer trimestre del año y uno de sus objetivos será la creación de un plan de calidad de aire de Palma. De este modo, se creará una Comisión Mixta integrada por miembros de ambas instituciones, cuya finalidad será poner en marcha medidas para reducir el tráfico. No obstante, la última palabra la tendrá el consistorio palmesano, ya que es el que tiene las competencias y «la Conselleria está de apoyo». A pesar de que aún no se ha firmado el convenio ya han mantenido algunas reuniones. De este modo, sobre la mesa se han puesto propuestas como la creación de aparcamientos disuasorios (a las afueras de la ciudad) con transporte público para llevar a los ciudadanos al centro de Ciutat. Además, se comprarán entre 20 y 30 pantallas que permitan medir la contaminación en la capital balear, para tener una radiografía y saber cuáles son las zonas en las que es más urgente actuar. Una de las medidas que se pondrán en marcha próximamente es la cesión de un autobús eléctrico (no contaminante) por parte del departamento de Miquel Àngel Grimalt al Ajuntament.