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VICTORIA GRIMA El tranvía volverá a formar parte del paisaje urbano de Palma antes de cuatro años, mediante la implantación de una primera fase de 12 kilómetros que conectará las Avenidas con el Paseo Marítimo y s' Arenal, con un ramal que enlazará a su vez con el aeropuerto.

El también llamado tren ligero transportará 15 millones de pasajeros al año, con una frecuencia aproximada de 4 minutos.
Durante la visita realizada por representantes del Govern y Cort a Basilea y Orleans para conocer de primera mano sus ejemplares redes tranviarias, el edil de Movilidad, Joaquin Rodríguez, confirmó la «decisión firme» de ambas instituciones de desarrollar un proyecto que cuenta con los estudios de viabilidad pertinentes y cuya redacción está prevista en el primer semestre de 2008. Las obras de este transporte ferroviario, que desapareció hace medio siglo en Palma, comenzarán después del próximo verano.

En cuanto al coste de la primera fase, Antoni Verger, director general de Tansports del Govern, apuntó un desembolso de 300 millones, que se obtendrían del montante global de 600 millones procedentes del convenio ferroviario con el Gobierno central. Verger aseguró que «existe un compromiso muy alto por parte de Madrid, aunque el acuerdo no está todavía firmado».

Igualmente, reveló que el Govern y Cort barajan explotar este servicio «de forma mixta, junto a una empresa privada que obtendría una concesión».
Verger reprochó, además, los criterios de ordenación territorial y de planificación viaria que se aplicaron desde mediados de los ochenta, «basados casi exclusivamente en el automóvil privado y no el transporte público».

Paco Donate, director general de Movilidad de Cort, agregó que el tranvía, «como alternativa real, eficaz y más segura», reducirá «de forma considerable el número de coches que circulan diariamente por avenidas, unos 200.000, y supondrá una reordenación urbanística de barriadas hasta ahora maltratadas como el Portitxol, el Molinar y Coll d'en Rababassa».