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La conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género, que tuvo lugar ayer, nos deja cifras alarmantes por lo que a mujeres asesinadas por sus parejas se refiere en los dos últimos años en España. Uno de los últimos casos, muy publicitado a consecuencia de la aparición de Svetlana y su presunto asesino en un programa de televisión de gran audiencia días antes de que se cometiera el terrible crimen.

Una de las primeras medidas que adoptó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero nada más llegar al poder fue la ley contra la violencia de género, una norma que contó con el respaldo de todos los partidos políticos presentes en las Cortes. Una iniciativa totalmente plausible, pero que se ha demostrado insuficiente porque no ha sido desarrollada suficientemente.

Es preciso, en este punto, incidir en la necesidad de medidas preventivas dirigidas a evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan episodios indeseables de maltrato y, para ello, puede resultar imprescindible que se regule el contenido de determinados programas de televisión, pero lo más importante es que se trabaje de forma especial en la educación para que, desde la más tierna infancia, se perciban estos comportamientos como lo que realmente son, una lacra que debe ser extirpada de la sociedad.

Evidentemente, sólo es posible obtener resultados si se trabaja desde el acuerdo y con la participación de todos los sectores que deben jugar un papel activo en la prevención y en la erradicación de la violencia de género. Este asunto requeriría que no se utilizara, como algunos otros, como arma electoralista, sino con la firme voluntad de ponerle fin por el bien de todos.