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La alférez Margarita Roldán no sólo sorprendió a su familia pidiendo el ingreso en el Ejército como reservista, sino que, ni corta ni perezosa, contó a su nieto, y éste, a su vez, cuenta a otros chavales, cómo ha sido su experiencia. Y lo ha hecho a través de un libro de fácil lectura, A sus órdenes, mi abuela, bellamente ilustrado por Pilar Riba Maura y que le ha editado el Ministerio de Defensa, y que yo les recomiendo que lo busquen y lean.

Naturalmente, los protagonistas, es decir, la abuela y el nieto, aparecen con nombres cambiados, pero queda claro desde el principio que son Margarita y su nieto.

Dice el crío que la abuela le ha contado prácticamente todo, desde su ingreso en el Ejército, previo periodo de instrucción, hasta lo que hace cuando es movilizada, sin olvidar los muchos amigos y amigas que ha hecho. Incluso le ha contado que siendo niña, junto con su hermana, jugaban a soldados. Le explica lo que es ser reservista, u orden cerrado, o jurar bandera, y lo mucho que se emocionó en ese acto. Le cuenta también cómo aprendió a desfilar, a ponerse firmes, a disparar con la pistola automática, así como numerosas anécdotas, algunas de ellas divertidas, como cuando se equivocaron de objetivo en una noche de maniobras y terminaron a mucha distancia de éste.

A través de ese libro, Margarita pretende aproximar el Ejército a la gente menuda, que prácticamente no tiene ni idea de lo que es, y, al mismo tiempo, dignificarlo.