La vivienda usada es la primera en detectar el comportamiento del mercado inmobiliario en las Islas.

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RUIZ COLLADO/AGENCIAS Bancos y cajas de ahorros no quieren ver cómo crece, poco a poco, sus índices de morosidad, ya que ello les obliga a destinar cada año más dinero para provisiones, tal y como recomienda el Banco de España. La debilidad del mercado hipotecario ante este hecho, está teniendo sus consecuencias, aunque el precio de la vivienda nueva sigue subiendo por encima de la media nacional.

El Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria en Balears (API), según en declaraciones de su presidente, José Oliver, a la agencia Efe, señala que la mitad de los propietarios de Balears que pone su vivienda usada a la venta acaba bajando el precio inicial, en un porcentaje que oscila entre el 5 y el 10 por ciento.

La «ajustar» precios en el sector de la vivienda usada se detecta desde hace unos «pocos meses», debido a que cuesta más tiempo vender la propiedad. De este modo, si antes se tardaban dos o tres meses en vender un piso, ahora el plazo se ha duplicado. Es a partir de los tres meses sin vender la vivienda cuando el propietario decide o se plantea rebajar precios, en proporciones que por ahora rondan el 10%, aunque este porcentaje puede aumentar de acuerdo con la evolución del propio mercado.

Los agentes de la propiedad inmobiliaria mantienen que sigue habiendo demanda para comprar pisos, pero a unos precios más reducidos y que a ello se une que los bancos están «cerrando el grifo» y no dan tantas facilidades para acceder a una hipoteca. Por su lado, los agentes de la propiedad en ocasiones también rebajan sus comisiones para abaratar el inmueble.