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Son las 6.45 de la mañana y en las cocheras de Autocares Alorda, entre Inca y Sencelles, rugen los motores de decenas de autocares que salen hacia los pueblos para trasladar a cientos de alumnos hasta los institutos Pau Casesnoves y Berenguer d'Anoia de Inca.

El chófer del A-24, Andrés Guirado, se conoce la ruta de memoria y, a final de curso, conocerá también a todos sus pasajeros. «Ahora acaban de empezar y aún no los conozco pero dentro de un mes ya sabré quién sube en cada parada. Algunos acaban contándome cosas, otros no. Muchos me recuerdan como el chófer del autocar cuando acaban el instituto», explica.

A las 7.10 la parada de Alaró está llena de chicos y chicas con mochilas y caras de sueño. Maria Victòria Juan sube al bus. Es su tercer día, pues acaba de empezar cuarto de ESO en Inca y aún no ha hecho amigos en el autocar. Minutos después el vehículo para en dos puntos de Consell y recoge a uno de los veteranos de esta ruta, Sergio Muñoz. «Para mí el autocar es como parte de la familia. Ahora vamos todos muy tranquilitos porque aún somos pocos y no nos conocemos pero poco a poco iremos haciendo amigos y surgirá el cachondeo», confiesa. Sergio conoce al chófer desde hace años y lo define como «un trozo de pan». «Sólo se ha parado en una ocasión para echar una bronca y creo que fue porque había alguien fumando», dice. Al igual que el chófer Sergio va «fichando» a quienes suben en cada parada. «En Binissalem sube una amiga, Aina», confiesa.

Así es, a las 7.45 el bus para en Binissalem. Junto con Aina sube Adrià Arbona, otro de los veteranos de esta ruta. «En el autocar haces amigos pero a veces también te critican», explica.

Tras la parada de Binissalem el autocar se dirige hacia Inca. Cinco minutos antes de las ocho los chicos ya están frente al instituto y se dirigen a clase. A las dos o a las tres, en función del día, volverán a coger el autocar que les llevará hasta sus pueblos. El chófer Andrés Guirado aprovecha para conversar con otros compañeros que acaban de llegar de otras rutas. «Nos vendría muy bien tener acompañantes que nos ayudarán a mantener el orden porque cuando conduces no puedes controlarlo todo», explica Guirado, que espera realizar su ruta en breve acompañado por alguien. lMarta Medrano
(texto y fotos)