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Los errores del Govern siguen acumulándose cuando se trata de abordar las obras del nuevo hospital de referencia de Balears, una cuestión que está dejando en una posición crítica al máximo responsable de la Conselleria de Salut i Consum, Vicenç Thomàs, y que, además, está poniendo en evidencia una estrategia de comunicación errática.

Como si de un juego de trile se tratase, ahora, por sorpresa, aparece una «tercera vía», un solar alternativo al de Son Espases para construir el nuevo gran centro hospitalario: unos terrenos próximos a Son Hugo. La oferta, planteada desde el Consell de Mallorca por su presidenta, Francina Armengol, da la impresión de que ha causado una sorpresa mayúscula en las filas del Govern, incluyendo al president Antich.

Hace apenas unas semanas, el propio conseller de Presidència, Albert Moragues, descartaba la existencia de un solar alternativo a Son Espases, detallando, incluso, las ventajas de continuar adelante con las obras "para acelerar la puesta en marcha" frente a la remodelación de Son Dureta. Desde entonces, toda la política de comunicación del Ejecutivo ha ido encaminada a crear una clima favorable y de apoyo a lo que se avecinaba como una rectificación de la posición inicial de rechazo a Son Espases. Hasta la presidenta de Unió Mallorquina y socia en el Govern, Maria Antònia Munar, confirmaba que Son Espases era la única opción posible en opinión de Antich.

Ahora, desmintiendo toda la operación previa del Govern, aparece la posibilidad de encontrar otro lugar idóneo en Son Hugo. Qué duda cabe que sería ésta la mejor solución para salvar la imagen del Govern, siempre y cuando el retraso que ello conllevaría, en el inicio de las obras, no superase un plazo razonable, que se podría cifrar en un año, pero no más. Descartado Son Dureta, lo único que importa es contar cuanto antes con un nuevo hospital, en Son Hugo, en Son Espases o en cualquier otro sitio.