Las discotecas estaban abarrotadas de gente.

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Se acaba el verano y merece una buena despedida. El sitio favorito de los más jovenes es el Passeig Marítim, punto de encuentro casi obligatorio para comenzar la fiesta. El tan cuestionado 'botellón' es el que da inicio a la jornada, algunos para compartir con los amigos, otros para celebrar un cumpleaños, despedidas de solteros y otros para el reencuentro con quienes habían dejado en el olvido. Los motivos sobran para estar presente, más aún considerando que este pasado sábado fue uno de los últimos del verano.

Finalizado el 'botellón', la fiesta siguió en los bares, pubs y discotecas. El ambiente muy festivo se fue calentando con el paso de las horas, bailes, copas, fantasía, desenfreno y ligue no podían faltar. Quizá lo que faltó fue tiempo para poder seguir con la fiesta, para hacer más intensa la conversación con los amigos, esta noche tenía que ser interminable, para sentir el verano y el baile. La fiesta se quedó con los jóvenes.

Cristian Castro
(texto y foto)