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El Centro Tecnológico de la Industria Balear (CTIB) está promoviendo la creación de una asociación de propietarios forestales de Balears, tal como ya se ha implantado en otras comunidades autónomas, con el objetivo de que los bosques de las Islas no acaben en el abandono y, bajo un plan de ordenación o gestión, puedan incluso ofrecer rendimientos económicos.

Así lo expusieron ayer Pedro del Amo y Pilar Delgado, ingeniero de montes y abogada del CTIB, y Liliana Fernández, ingeniera de montes de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España.

Del Amo, Delgado y Fernández explicaron que «los bosques ocupan el 42 por ciento de la superficie de Balears, pero sólo el 7'5 de esta masa forestal está sometida a algún plan de ordenación o gestión, lo que coloca a las Islas en el quinto puesto por la cola por este concepto. Asimismo, un 82 por ciento de los bosques de Balears presenta un riesgo de incendio alto, muy alto o extremadamente alto, a lo que se unen problemas de sanidad forestal, pues el 27 por ciento de los pinares de las Islas están afectados por procesionaria y existen otras plagas, como la de la lagarta peluda en Menorca, que están creando graves problemas en los encinares. Por otra parte, los planes de gestión forestal que se están aplicando en Balears datan de 1984 y se han quedado obsoletos».

Para los responsables del CTIB, «esta situación tiene su origen en la falta de rentabilidad, teniendo en cuenta que el 94 por ciento de los bosques de la Comunitat son privados y sus propietarios no pueden invertir dinero en una adecuada gestión forestal. Sin embargo, es posible convertir los bosques en fuente de beneficios económicos tangibles y permanentes mediante nuevas actividades de producción forestal de alto rendimiento, tal como se está haciendo en otras comunidades y en otros países, siempre bajo criterios de gestión sostenible». Entre las actividades económicas que propone el CTIB se encuentran: el cultivo de trufas y setas, los injertos de pino piñonero en pino carrasco para obtener piñones, el empleo de madera como biomasa o carbón vegetal, la caza, los viveros de plantas autóctonas y aromáticas, la apicultura, la ganadería extensiva, la cría de caracoles, el uso de lombrices para la obtención de humus y el aprovechamiento de diferentes plantas como materia prima para la manufactura de productos artesanales.

En opinión de los representantes del CTIB, «estas actividades pueden suponer un beneficio no sólo para los propietarios de los bosques, sino para el conjunto de la sociedad, pues con ello se reduce el riesgo de incendios y plagas, y se consigue una evidente rentabilidad social, paisajística y recreativa, sin olvidar que Balears es una comunidad turística».