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El Informe Econòmic i Social de les Illes Balears, referido al ejercicio de 2006, elaborado por el Centre de Recerca Econòmica, en el que participan la Universitat de les Illes Balears y la Caixa de Balears, vuelve a poner sobre el tapete la realidad de la coyuntura de la economía balear en la que conviven elementos contradictorios. Los indicadores revelan la solidez del crecimiento, con un PIB no agrario del 2'5 por ciento "tres décimas más que en el año anterior", derivado de la actividad del sector servicios, la construcción y la inversión. Datos que contrastan con un retroceso en la productividad de las empresas, caen las inversiones en innovación (I+D) y las tasas de estudios y formación de los trabajadores siguen en una pendiente descendente.

Antoni Riera, el director del Centre de Recerca Econòmica, apunta con rigor las dificultades de futuro con las que se tendrá que enfrentar Balears sin no se adoptan medidas, que hay que entender que deben ser urgentes, que corrijan la evolución negativa de aquellas inversiones que pueden garantizar la competitividad de nuestras empresas "que está a la cola del Estado"; muchas de las cuales se sostienen al socaire de la especulación derivada de un ciclo económico muy favorable.

La receta del Centre de Recerca Econòmica es sencilla. Fomento de la contención del gasto y el ahorro para las familias "la mayoría ya están al límite de su capacidad de endeudamiento", por una parte y, por la otra, apuesta decidida por la formación e innovación en todo el conjunto de la actividad empresarial. Balears debe aprovechar el actual período de bonanza económica para sentar las bases de un desarrollo sólido, que permita a la sociedad afrontar los retos de las próximas décadas; en especial los derivados del crecimiento demográfico.