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A.ESTABÉN/J.J.SERRA
Unió de Pagesos reclamó ayer, a través de su portavoz, Joan Mas, «la creación de un observatorio de precios para evitar procesos de especulación en una situación como la actual, con una tendencia al alza de los precios de productos básicos de alimentación».

Mas señaló que «hace ya tiempo que advertimos de subidas de precio en determinados productos básicos, como por ejemplo en los lácteos, como consecuencia del incremento, a su vez, del valor de los cereales para la alimentación del ganado. Todo ello es fruto de la globalización económica, con efectos a nivel planetario, pero hay que vigilar que no se produzcan procesos de especulación aprovechando la actual coyuntura. Por ello sería muy útil un observatorio de precios de los productos, con implicación de la Administración, que controlase su evolución desde el agricultor o el ganadero hasta el consumidor. El hecho de que alimentos básicos como los lácteos, los huevos, las harinas y el pan, o el pollo vayan a experimentar incrementos considerables de precio es un asunto muy delicado. Debemos evitar que se combinen ambos factores: globalización y especulación».

Joan Mas quiere desterrar la idea de que con estos aumentos de precio el que sale ganando es el productor, sea agricultor o ganadero: «Para nada. Si el payés sube el precio es porque a él se le aplican mayores costes de producción. Y nos parece que si el payés sube un tanto por ciento, en el puesto de venta el tanto por ciento aplicado es mucho mayor».

Por su parte, Biel Company, presidente de Asaja Balears, considera que «será difícil una bajada de precios a corto plazo, habrá que ver cómo evolucionan el consumo y la producción. En cualquier caso, hay poco beneficio para el productor. En el caso de los ganaderos, los costes de producción se han multiplicado y las subidas de precio en los mercados apenas les repercuten». A Company le preocupa que toda esta situación precipite el abandono de explotaciones: «No sería extraño que algunos ganaderos mayores que tenían pensado abandonar la producción lo hagan antes de lo previsto inicialmente. En cuanto al consumidor, no le quedará más remedio que resignarse porque hay que recordar que estamos hablando de productos básicos de alimentación, a los que no es tan fácil renunciar. Si a todo ello le añadimos el efecto hipotecario, la situación es delicada».