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La entrevista que mantuvo ayer el presidente del Govern, Francesc Antich, con el consejero delegado de Air Nostrum, Carlos Bartomeu, ha vuelto a poner sobre la mesa las deficiencias del transporte aéreo interinsular; un servicio básico para nuestra Comunitat Autònoma. Al término del encuentro los resultados mantienen algunas incógnitas que los responsables políticos deben despejar cuanto antes.

En primer lugar hay que reconocer el esfuerzo de Air Nostrum por mantener, durante los meses de otoño e invierno, la misma frecuencia de vuelos que en la época estival, según el anuncio de Bartomeu. En la misma línea habría que situar la iniciativa de ampliar la red actual de destinos de la compañía para incluir Madrid y otras ciudades de la Península.

Es un error del directivo de Air Nostrum el plantear como debate político-periodístico el tema de los vuelos interinsulares. Las deficiencias en materia de frecuencias y precios es una reclamación continua y justa por parte de, en especial por su natural incidencia, los ciudadanos de Menorca, Eivissa y Formentera.

Balears no puede renunciar a tener un transporte aéreo interior asequible, que responda a las demandas lógicas de los usuarios y en unas condiciones de calidad óptimas. El alegato en favor de la «flexibilización» de las tarifas, tal y como reclama Carlos Bartomeu, parece querer esconder una subida de precios que desdibujaría por completo la pretensión del anterior Govern, y asumida por el actual, de lograr un precio único y fijo -de 27'50 euros-.

Sería un grave error por parte de la Administración perpetuar la indefinición sobre el futuro del transporte aéreo interinsular en Balears, Palma y Madrid, junto con la compañía afectada, deben encontrar la solución definitiva.