En la fotografía de familia con la que se pone fin al verano sólo faltaron los duques de Lugo. Don Felipe e Iñaki Urdangarín coincidieron en el color de la corbata.

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Con muchas caras nuevas del lado de las autoridades y la ausencia de los duques de Lugo, "don Jaime de Marichalar estuvo en la capilla ardiente de Francisco Umbral", los Reyes y sus hijos, los príncipes de Asturias y los duques de Palma, ejercieron de anfitriones en el Palacio de la Almudaina, donde, ayer por la noche, en la tradicional cena de finales de agosto, despidieron oficialmente el verano, aunque abandonarán Mallorca dentro de unos días. Antes, la Reina participará en el acto conmemorativo del XX aniversario de Projecte Home que se celebrará mañana.

Como ha sucedido a lo largo del verano, fue doña Sofía quien protagonizó las anécdotas que rompieron la rigidez del protocolario besamanos, la imagen de la velada que recogen las cámaras. No sabemos si por despiste, o porque no le habían dicho que los medios de comunicación ya esperaban en el pequeño salón de costumbre, la Reina salió la primera y, al verla, los objetivos comenzaron a disparar con su habitual repiqueteo. « ¡Qué horror!», exclamó al darse cuenta del equívoco, y rápidamente se recogió para que fuera el Rey quien encabezara la comitiva, como mandan las normas.

Fue también la Reina quien se dirigió a los fotógrafos cuando comenzó el posado que dio inicio al acto.