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No hay duda de que estamos viviendo un verano muy atípico. Comprobamos una vez más los efectos del cambio climático, que durante toda la jornada de ayer, jugó una mala pasada para los miles de turistas que visitan a la Isla en búsqueda del buen tiempo.

Sin poder disfrutar de las esperadas jornadas playeras, los turistas tuvieron que contentarse con un paseo por el centro de Palma. Tanto las calles céntricas del casco antiguo como las principales atracciones turísticas de la ciudad, se vieron abarrotadas de personas que aprovecharon el bajón de las temperaturas para ir de compras o disfrutar de la parte más cultural de la Isla. Las zonas de la Plaza Mayor, del Borne y de la Catedral, eran prácticamente intransitables.

Aunque no hubo fuertes precipitaciones, las temperaturas bajaron aproximadamente seis grados en comparación con el pasado domingo. Hasta la media tarde de ayer, la temperatura mínima fue de 16'9 º, en Alfabia (zona montañosa) y la máxima de 26'1º, en sa Pobla. En Palma, los termómetros se mantuvieron también alrededor de la misma media, y el tiempo nublado ocasionó una imagen muy poco usual en verano: playas de lo más desiertas.

Infelizmente la previsión a lo largo de la semana no es muy alentadora. Las lluvias y el mal tiempo seguirán por lo menos hasta el viernes.
Así que, ya podemos esperar que el «caos» urbano se repita otras veces, eso sí, sin olvidar de llevar el paraguas siempre en el bolso.

Gabriela Albertoni