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Cerca de 400 estudiantes que este año han finalizado sus estudios en la Universitat de les Illes Balears (UIB) asistieron ayer a la tradicional ceremonia de graduación del curso 2006-07, acompañados por sus familiares y amigos. Los nuevos representantes políticos, tanto de la Universitat, como del Govern o el Ajuntament de Palma, aportaron el toque de novedad a un ritual que sigue cada año el mismo protocolo académico.

La ceremonia, que se desarrolló en la explanada situada frente al Rectorado, dió comienzo pasadas las 19.30 horas con la entrada de la procesión académica, formada por el Claustre de la Universitat, portando los símbolos que representan a la institución, y los académicos con sus birretes y vestidos de distintos colores acompañados por la interpretación musical de Trumpet Voluntary, a cargo del quinteto de metales «5 de Braç».

Eva Maria Vives, licenciada este año en Filologia Anglesa, fue la encargada de pronunciar el parlamento de graduación en representación de todos sus compañeros también graduados este año.

Esta estudiante recordó su llegada hace cinco años al campus de la UIB «que durante todo este tiempo ha sido como nuestra segunda casa» y ahora «que se ha cumplido mi sueño y el de mis compañeros», dijo, «es el momento de hacer balance».

«Nos toca dar lo mejor de nosotros mismos» para salir adelante «en la sociedad competitiva que nos espera», auguró Eva Maria.
A continuación, siguiendo el guión, llegó el momento más esperado: la entrega de títulos de graduación a los estudiantes. Como manda la tradición, los universitarios fueron acercándose, a medida que eran nombrados, a la mesa que presidían la rectora de la UIB, Montserrat Casas, y la consellera d´ Educació, Bàrbara Galmés, para recoger sus títulos.

Como novedad, este año se entregaron los títulos oficiales de Máster a los alumnos de la primera promoción. La anécdota estuvo en la entrega por parte de la rectora del título de Máster en Física a su hijo, Carles Bona.