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La legendaria goleta Creole, uno de los veleros más hermosos jamás construidos, se encuentra en reparación en Astilleros de Mallorca. La presencia de esta embarcación, de románticas líneas, evoca la época dorada de los yates de vela, cuando la navegación exigía gran pericia y dotes marineras, además de una numerosa tripulación ante la ausencia de equipos automáticos. Era aquella la época deZaca de Errol Flynn, de cuya presencia en el Real Club Náutico, a escasos metros de donde se encuentra ahora la Creole, se cumple ya medio siglo.

Los orígenes de esta goleta, genuino producto de los prestigiosos astilleros británicos Camper & Nicholsons, se remontan a 1926, cuando se inició su construcción en maderas nobles por encargo del magnate norteamericano Alec Cochran. Un año más tarde, su afinado casco negro de 65,30 metros de eslora por 9,45 de manga, con un calado de 5,00 metros, empezó a surcar los mares con el nombre de Vira, con sus tres enormes mástiles a toda vela.

En 1928 fue adquirido por Maurice Pope quien lo rebautizó con su nombre actual hasta que lo vendió en 1937 a Sir Cannop Guthie, quien le devolvió todo su esplendor. Durante la II Guerra Mundial fue requisado como cazaminas, sin mástiles. Tras el conflicto, el multimillonario griego Stavros Niarchos lo disfrutó largo tiempo. Entre 1977 y 1982 operó como buque de rehablitación para drogodependientes y cayó en la degradación. En 1983 lo rescató el malogrado Maurizio Gucci para una restauración de seis años a cargo de Lurssen, Astilleros de Mallorca y Rastey, e inició su etapa actual, en manos de sus hijas.

Gabriel Alomar