Antich, junto a sus consellers y conselleres tras la toma de posesión. Foto: MIQUEL ANGEL CAÑELLAS

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Centenares de personas abarrotaron ayer sa Llonja de Palma para asistir a la toma de posesión de Francesc Antich como president del Govern y a la presentación de los consellers y las conselleras de su Ejecutivo. Como hace ocho años, en su primera toma de posesión y en el mismo escenario, la calle adquirió un protagonismo especial en la ceremonia. Una ceremonia con un protocolo diferente a las que se celebran en otras comunidades y que incluyó la firma, ante el público, del decreto de nombramiento de los hombres y mujeres que formarán parte del Govern. El discurso de Antich, tras prometer su cargo, fue un guiño total hacia las clases medias y la juventud, a quienes dio un protagonismo principal en su futura acción de gobierno. El president, recibido en Sa Llonja por con un aplauso que se prolongó durante cinco minutos, brindó a toda la ciudadanía la oportunidad de «repensar juntos el país» en alusión a Balears.

Insistió en la necesidad de protagonizar un «cambio tranquilo», marcado por «el consenso y la inclusión», «el respeto al adversario», «la seguridad y la estabilidad», «la defensa férrea de los intereses globales» de Balears, así como de su «identidad», que «debe ser una brújula» que guíe al Govern «hacia un buen puerto en un mundo globalizado y complejo». Añadió que este relevo debe estar «dirigido a las personas, a las familias», con el fin de «resolver las grandes cuestiones estructurales del país pero también los detalles de la vida cotidiana».

Reiteró que uno de los objetivos de su etapa de gobierno será «la ampliación de las clases medias», para lo que el Ejecutivo pondrá en marcha «una acción de gobierno eficiente y compacta». Antich definió a sus consellers y conselleras como «personas preparadas y sin otro interés que la defensa de los intereses generales de los ciudadanos de Balears», que conforman «un equipo de prestigio» que considera «un privilegio» presidir. El nuevo president del Govern balear concluyó su discurso con una cita de la cantante mallorquina Maria del Mar Bonet: «A los que habéis escuchado mi voz por amiga, he cantado en vuestro nombre. Vuestra voz es la mía». Todos los consellers y conselleras recibieron fuertes aplausos y se pusieron en pie para corresponder, aunque la más ovacionada fue la ex alcaldesa de Calviá y consellera de Treball, Margarita Nájera, que se levantó en dos ocasiones, una para dar un efusivo abrazo al secretario general del PSOE, José Blanco, presente en la ceremonia al igual que el ministro Clos (que intervino tras Antich) y dos presidentes autonómicos, el de Cataluña, José Montilla y el de Castilla-La Mancha, José Barreda.