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El primer domingo de julio llenó ayer las playas de Mallorca ofreciendo la primera imagen genuina de pleno verano, tanto por la temperatura reinante como por la animación registrada. Un día que muchos aprovecharon para disfrutar en familia, en pareja o en solitario, para darse un baño en unas aguas aún frescas, que aliviaron los efectos solares.

Si en playas más alejadas de Palma, como Santa Ponça, predominó la ocupación turística, en las de la bahía destacó la afluencia de residentes que, entre el mediodía y hasta últimas horas de la tarde, llenaron por completo las instalaciones. Fue el caso de Cala Major, Can Pere Antoni o Ciutat Jardí. Bares, terrazas y chiringuitos registraron durante toda la jornada un nivel de ocupación muy alto, hasta el punto de que fue difícil para muchos encontrar mesas donde sentarse a tomar un refresco.

En todas las playas se notó la gran afluencia de veraneantes. Los aparcamientos quedaron saturados al filo del mediodía y encontrar un lugar donde poner la toalla se fue haciendo cada vez más complicado. Incluso las playas regeneradas o de superficie media, como Illetes o Portals Nous, presentaban un nivel de «completo» en toda la zona más próxima a la orilla. La Platja de Palma también registró una gran afluencia de bañistas, con notoria diferencia de ambiente entre la zona de Can Pastilla y S'Arenal, con predominio de residentes y turistas españoles y ses Maravelles, con una ocupación básicamente alemana.

Gabriel lomar