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NEKANE DOMBLÀS
Una falsa alarma de bomba obligó ayer a desalojar el aeropuerto de Eivissa y a cerrar las comunicaciones aéreas durante casi cuatro horas. Las instalaciones aeroportuarias quedaron bloqueadas entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde, hora en que aterrizó el primer avión. Más de 13.000 pasajeros se vieron afectados por el cierre del aeropuerto y 37 vuelos tuvieron que ser retrasados o desviados.

La Delegación del Gobierno en Balears activó el plan de emergencia después de que un comunicante anónimo informara al diario 'Gara' de la existencia de una bomba en el edificio terminal de Eivissa. El operativo incluyó unidades de emergencia de la Cruz Roja, la instalación de una carpa para atender emergencias, el deplazamiento de miembros de la Guardia Civil y un helicóptero con perros especializados en la detección de explosivos.

Un robot de desactivaciíón de explosivos a distancia examinó un paquete sospechoso que resultó ser una caja de zapatos vacía. Tras comprobarse que se trataba de una falsa alarma, los trabajadores pudieron volver a entrar a las instalaciones a las 15.45 horas y la terminal fue abierta a las 16.05.

Las reacciones ante la posibilidad de que se tratara de una amenaza real no se hicieron esperar e incluso el president del Govern, Jaume Matas, lamentó que se produzcan este tipo de sucesos que alteran la normalidad y la cuotidianeidad de residentes y visitantes.

El presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, Pere Cañellas, consideró que el falso aviso de bomba no perjudicará la imagen de Balears ya que se trata de un hecho puntual que podía haber sucedido en cualquier otro sitio.

El presidente de la CAEB, Josep Oliver, confió en que no se magnifique un hecho aislado y confió en que este suceso no tenga repercusiones en el turismo de las Islas.