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Unió Mallorquina (UM) siempre ha jugado un papel decisivo y determinante en la política balear desde que se celebraron las primeras elecciones autonómicas. Lo vuelve a ser tras los comicios del 27 de mayo pero, por primera vez, es determinante en las principales instituciones.

UM ha pactado dos veces con la izquierda (una en 1995, que se limitó al Consell; la otra en 1999, la que llevó a Antich a la presidencia) y el resto con el PP. Sólo en una ocasión se presentó a las elecciones en coalición con los 'populares', en 1991. Aquella experiencia acabó de forma traumática para UM: Cañellas destituyó a Maria Antònia Munar como consellera de Cultura e intentó aniquilar al partido incrementando el porcentaje mínimo para acceder al Parlament.

El pacto del 95: 'tripartito' en el Consell. El Partido Popular había ganado por mayoría absoluta las elecciones autonómicas de 1995, pero no la consiguió en Mallorca, lo que llevó al resto de partidos a formalizar un acuerdo que convirtió a Maria Antònia Munar en la presidencia de la institución. Tres años antes Cañellas había destituido a Munar como consellera de Cultura. Aquellas elecciones fueron las primeras en las que se exigía el 5% de los votos para tener representación en el Parlament. UM lo superó y con tres escaños se convirtió en bisagra de Mallorca. El PSOE, el PSM y Esquerra Unida-Els Verds votaron a Munar como presidenta. Triay (PSOE) y Sampol (PSM) fueron los vicepresidentes. EU-EV no entraron en el ejecutivo insular pero fueron determinantes para aprobar cualquier propuesta. El pacto del 95 sacó adelante medidas relevantes en la protección del territorio. Cañellas tuvo que dejar el Govern como consecuencia del «caso Túnell de Sóller». Hubo tres presidentes en la legislatura.

El pacto de 1999: Antich president del Govern. Las primeras elecciones sin Cañellas de candidato supusieron la pérdida de la mayoría absoluta para ese partido. La firma del llamado «Pacte de Progrés» fue muy laboriosa y compleja. Años después todos los protagonistas de aquellas negociaciones admiten errores. Las negociaciones se filtraban a la prensa, trascendían las diferencias y hubo que nombrar un presidente provisional del Parlament. El PP gobernaba en España y hubo una campaña mediática sin precedentes. Munar exigió negociar directamente con el Gobierno central y cuando le dijeron que vendría un representante a Balears respondió que no se molestaran, que pactaba con la izquierda. UM rechazó entrar en el Govern pero reclamó plenos poderes en el Consell de Mallorca. Lo quería en solitario. El PSM se negó. Al final se formó un ejecutivo insular con los dos partidos nacionalistas. Antich fue nombrado presidente del Govern y la izquierda también se hizo con los consells de Menorca (Joana Barceló, presidenta) y Eivissa-Formentera (Pilar Costa). Se mantuvo hasta el 2003.

El pacto de 2003: El PP entrega el Consell de Mallorca a Munar. El PP obtuvo mayoría absoluta en las elecciones. El PP, con pleno apoyo del Gobierno central, consiguió un resultado histórico en el Parlament pero tampoco logró mayoría absoluta en Mallorca. Munar y la izquierda celebraron una reunión por si era factible repetir el pacto del 95. Jaume Matas, para garantizar la «paz institucional» propuso la firma de un «pacto de gobernanilidad»: el PP votaría a Munar como presidenta del Consell y además le dejaba manos libres para nombrar a consellers, establecer políticas y aprobar propuestas.