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Por primera vez en la joven historia de la democracia española, Balears tiene una triple cita con las urnas para elegir a sus alcaldes, a su presidente del Govern y, como estreno, a su presidente del Consell. Es una novedad que ha condicionado tanto la elaboración de las listas como las perspectivas de éxito o fracaso, según se tercie. Hasta ahora los diputados electos por cada isla formaban el respectivo Consell Insular, aunque se establecía que un limitado número de diputados pudiese renunciar a su acta de miembro del Consell para dedicarse exclusivamente a tareas parlamentarias. Ello provocaba un corrimiento de listas y las plazas vacantes en los Consells eran cubiertas por integrantes de las listas que no habían sido elegidos. Estos nuevos miembros de las instituciones insulares no eran diputados.

Este año, y en aplicación del nuevo Estatut d'Autonomia, hay listas separadas al Parlament y a cada Consell, aunque se repitan algunos candidatos en las listas de los respectivos partidos. ¿Votará el electorado a la misma formación política en cada urna? ¿Tendrá cada partido el mismo número de diputados y de consellers en cada isla? ¿Preferirá el votante variar de partido en función de los distintos candidatos? Éstas son las preguntas que se formulan hoy los líderes de los partidos y los analistas políticos. No cabe duda de que la comparación de resultados electorales, bien sea en un municipio en concreto o en una isla, permitirá extraer interesantes conclusiones. Se podrá saber si el cabeza de lista autonómica tiene más o menos apoyos que el cabeza de lista insular o el cabeza de lista municipal.

Obviamente, serán disquisiciones de carácter menor. Lo que importa es quién ganara. Pero antes cabe desear que el electorado tenga claro qué es lo que se decide el próximo domingo. Tendrá ante sí tres urnas -hay dos excepciones: Formentera (dos urnas) y Palmayola (cuatro urnas)- para elegir a sus representantes en su ayuntamiento, en su Consell y en el Parlament.