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La remodelación integral de la Platja de Palma no va a ser un proyecto fácil de ejecución, más aun cuando en los cuatro kilómetros que se verán afectados directamente por el plan habrá actuaciones de cirugía urbanística muy drástica que afectará a usos lúdicos, turísticos y residenciales.

La Platja de Palma es, en estos momentos, una mezcolanza de usos, lo que genera problemas de imagen, calidad de vida y, ante todo, de falta de infraestructuras.

La reconversión integral de la Platja de Palma-S Arenal supondrá una inversión global de alrededor de mil millones de euros y un plazo de ejecución de obras que oscilará entre los diez y quince años, tras los cuales este enclave pionero del turismo de masas se convertirá en una zona emblemática y pionera de reconversión de una zona turística madura a nivel europeo, ya que el único precedente similar que existe en el mundo es el que se hizo en los años 70 en Miami.

Para los empresarios turísticos de la zona, es imprescindible intervenir «de una manera radical» ante el progresivo empeoramiento de lo que en su día fue una emblemática zona de Palma.

La falta de una ordenación urbanística desde los años 60, es el origen del caos y la crispación vecinal que se vive en algunos enclaves de la Platja de Palma, que las patronales turísticas denuncian calificando la situación de tercermundista.