A pesar del mal tiempo la gente se divirtió mucho en desfiles como el de Inca.

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La tarde se presagiaba lluviosa pero al final las gotas que cayeron no consiguieron arruinar la fiesta. Grandes y pequeños, todos incondicionales del disfraz, salieron a la calle en el día más colorido del año. En Binissalem, la rua salió antes de lo previsto porque las nubes amenazaban la fiesta. Una decena de comparsas recorrieron la ciudad vestidos de lo más diverso. Abejas, payasos, jardineros, espantapájaros, señales de tráfico, la romería del Rocío... fueron algunos de los protagonistas. Sin embargo, hizo falta un poco de crítica. Sólo un grupo de chicas entró en el juego del Carnaval, parodiando el caso de Air Madrid.

A pesar de las dudas de la organización sobre si suspender el desfile de disfraces de Inca por la lluvia intermitente de toda la tarde, finalmente a las seis en punto se dio al pistoletazo de salida a una rua que resultó ser de lo más divertida. Cabe destacar la gran participación de disfraces que de cada año están más pensados y más confeccionados. Ayer por la tarde fueron un total de 21 carrozas, 18 comparsas y tres disfraces individuales los que salieron a recorrer las principales calles de la ciudad.
Había disfraces de todos los tipos y de todos los colores. Algunos optaron por volver atrás en el tiempo y recordar su infancia por lo que se vistieron de niños pequeños y otros más sofisticados recrearon un cabaret.

M.Nadal/À.Hernández