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Las principales zonas de marcha, discotecas y locales de moda se llenaron hora después de las doce campanadas donde una explosión de alegría invadió prácticamente toda Palma. El epicentro de toda la movida se concentró principalmente en el Passeig Marítim y zonas como Sant Magí, Gomila o sa Llotja.

En las zonas turísticas como Alcúdia, Port d'Andratx, Peguera, Porto Crito, Cala Millor fueron menos multitunidarias pero no por ello menos divertidas. Los precios en discotecas, restaurantes, pubs y bares, así como en chocolaterías y churrerías a la mañana siguiente, en esta ocasión, no se encareció tanto como hace seis años con el cambio de milenio, y la entrada del euro, donde los precios se dispararon y pedían auténticas barbaridades por las bebidas o entradas en los establecimientos de marcha.

Para la primera noche del 2007, la entrada en discotecas rondaba los 20 euros, con una consumición. Los precios de las copas fueron un poco más caros de lo habitual, por las festivas circunstancias y respecto a los precios de las botellas de licor eran de 90 euros hasta los 200 por una botella Moët Chandon. Para muchos, una noche es una noche y no escatimaron en gastos e invitaciones.

Julián Aguirre