Catalina tendrá o no razón con lo de su huelga de hambre para reclamar la tutela de sus nietos, en la que lleva ya 23 días sin probar nada, salvo agua. Esa situación, según el personal sanitario del IB Salut que acudió ayer por la tarde a Cort a convencerla para que los acompañara a Son Dureta para conocer realmente su estado, que no es otro que el nivel de su azúcar está a menos de 40, es decir, al límite. Pese a ello, Catalina se negó a que la trasladaran al hospital, y mucho más cuando supo que en él le podían poner un suero. «Sólo un suero», recalcó el enfermero viendo como la mujer abandonaba la ambulancia en clara actitud que no quería saber nada de sueros ni de medicamentos. «Estoy bien -nos dijo-. Mucho mejor de lo que creen. Después de tantos días de huelga de hambre, mi sangre está limpia. Estoy hecha una pura sangre». A continuación arremetió contra la presidenta del Consell y contra el Govern. Aunque en realidad, eso, arremeter contra unos y otros, lo hace cada vez que se acerca alguien a preguntar.
Catalina mantiene su lucha
La salud de la mujer empieza a resentirse tras 23 días en huelga de hambre acampada frente a Cort
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