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JUAN MESTREFueron más de 12 horas. Al cierre de esta edición, los diputados permanecían en la Cámara discutiendo enmiendas, partidas, presupuestos por departamentos y, en definitiva, política en general. Los diputados estarán a pensión completa durante dos días. Es lo mínimo por tantas horas de debate.Como es tradicional en el debate presupuestario, el Parlament organizó comida y cena para los diputados y el personal de la Cámara que está de guardia para que todo salga perfecto. La comida se celebró en el salón de plenos para los diputados y el restaurante para los periodistas y personal del Parlament.El debate nunca para y mientras unos diputados comen, otros siguen discutiendo partidas presupuestarias. Sólo están todos en el salón de plenos durante las votaciones, cuyos horarios son fijados previamente por el presidente del Parlament, Pere Rotger.El menú era muy austero. La típica paella, crema de pescado, unos filetes, algo de pescado y varias ensaladas. De postre, crema de melocotón y fruta. Para beber, vino y agua.Como es habitual, los diputados suelen agruparse en función de su afiliación política. Matas se encontraba en una mesa junto al president Rotger y el portavoz del grupo popular, Joan Huguet, mientras los socialistas Diéguez, Armengol, Valenciano, Rado compartían mesa y conversación con Miquel Rosselló y Margalida Rosselló, diputados de EU-EV.En otra mesa, los socialistas Andreu Bosch, Aina Salom y Joan Boned, junto al nacionalista Antoni Alorda. Y en otra, en cambio, sí había pluralidad política. Junto al conseller d'Economia, Lluís Ramis de Ayreflor, se encontraba Eduard Riudavets y Joana Lluïsa Mascaró, del PSM.Curiosamente, allí se encontraba también Aina Castillo, consellera de Salut. Minutos después de compartir mesa en el salón de actos, Mascaró y Castillo protagonizaron uno de los momentos más tensos de la jornada parlamentaria. A la hora de la cena, todos siguieron el mismo ritual. Algunos permanecían pendientes del debate y otros acudían a comer algo. Como suele ser habitual, un grupo reducido de parlamentarios optaron por marcharse a casa a comer.