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El pasado día uno de noviembre, además de la festividad de Tots Sants, Elx (Alacant) celebró el Misteri d'Elx, cuya representación tienen lugar cada año los días 14 y 15 de agosto, y desde el uno de noviembre de 1950, en que Pío XII declaró dogma de fe la Asunción de la Virgen María a los cielos, se celebra tal día como ese cada dos años. Este, por ejemplo. Y a Elx nos desplazamos con el presidente de la Casa Valenciana de Mallorca, Antonio Manera, presidente del Cabildo Catedralicio, Joan Darder y conseller d'Interior, José María Rodríguez. El motivo del viaje no fue otro que el de asistir a la representación del Misteri ilicitano, ya que, la Casa Regional de Valencia, con motivo de sus cincuenta años de vida, quiere traerlo a la catedral de Palma el próximo 8 de diciembre, fiesta de la Purísima, con el fin de ofrecérselo a sus afiliados y al mismo tiempo que lo disfruten los mallorquines en general, sus convecinos. Para ello cuenta con el patrocinio de la CAM y con la colaboración de Govern, Ajuntament de Palma y Seo.

A decir verdad, hay que agradecer esta iniciativa puesto que la representación, aparte de espectacular, es de lo más bella que uno puede imaginarse. Hay momentos tan emotivos y llenos de ternura que a uno se le pone el vello como escarpias. Representación en vivo y en directo, con voces a capela, tanto de adultos como de niños; voces increíbles que resuenan maravillosamente en el silencio de la multitud que sigue sin pestañear por temor a perderse algo. De cuanto se ve y se escucha nada desmerece, pero es que el canto de los tres apóstoles, lo que se conoce por Terciari, que es cuando van caminando sobre la empinada pasarela al encuentro de Maria que aguarda en ecadafa -o plataforma a modo de escenario- por lo bello y magníficamente bien representado, pese a que el trecho a recorrer es largo y el paso de ellos corto, se nos hace excesivamente breve.