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L adjudicación de las obras del nuevo hospital de referencia que se construirá en los terrenos de Son Espases ha estado marcada por la polémica. En principio, puede parecer extraño adjudicar las obras a una empresa que supera en 105 millones el precio de la segunda mejor valorada, pero el Ejecutivo ha querido avalar esta decisión con un dictamen del Consell Consultiu, primero, y ahora reclamará informe a los colegios de ingenieros y de economistas. Posiblemente la oferta de OHL, la empresa cuyo presidente es Villar Mir, sea la mejor, pero también es la más cara. Esto último no ofrece discusión alguna. El problema se ha producido por la falta de información. La Conselleria de Salut debería explicar qué diferencia hay entre esta oferta y el resto y, sobre todo, los motivos por los cuales se acepta una propuesta mucho más cara que las demás. Posiblemente OHL ofrece mejores prestaciones , pero falta conocer los detalles. Incluso se puede decir que lo barato -si se puede hablar de barato cuando se manejan estas magnitudes económicas- puede resultar caro, pero hay que explicarlo. El informe del Consell Consultiu tampoco ha ayudado en nada a calmar la polémica que ha envuelto el proceso de adjudicación. Y el resultado de la votación del Consell Consultiu, con tres votos particulares en contra, mucho menos.

El proceso de elección de la finca de Son Espases ya ha sido lo suficientemente polémico como para que la adjudicación de las obras pueda estar también sembrada de dudas. En el fondo, y eso es lo más preocupante, puede que toda la polémica de la adjudicación no sea, ni más ni menos, que una lucha de intereses entre grandes empresas constructoras con sede en Madrid: la de Villar Mir -la presunta ganadora- y la de Florentino Pérez, el perdedor. Hay mucho dinero en juego y, posiblemente, el ex presidente del Real Madrid no se quedará con los brazos cruzados si pierde tan jugoso contrato.