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JAVIER J. DÍAZ
El Hospital Universitario Son Dureta desveló ayer que el ahogamiento es la tercera causa de mortalidad infantil en la Unidad de Cuidados Intensivos pediátrica del centro durante los últimos 15 años, representando el 12,3% del total de pacientes fallecidos.

El 84% de los ahogamientos ocurrieron entre los meses mayo y agosto, mientras que el 87% fueron en agua dulce y el 74,5% ocurrieron en piscinas de uso público, fundamentalmente del sector turístico.

Durante este periodo, esa unidad ha atendido en total 98 casos, de los que el 21,4% han fallecido y el 9,1% han padecido secuelas neurológicas irreversibles, por lo que la muerte o la afectación neurológica grave ocurrió a un 30,7% de los pacientes tratados.

Para Juan Carlos de Carlos, coordinador de la UCI Pediátrica de HUSD, estos datos son sólo «la punta del iceberg» de todos los casos de ahogamiento que se registran en Balears, pues muchos niños sufren lesiones leves que no requieren de asistencia intensiva o mueren.

Según De Carlos, el perfil del niño que ingresa en la UCI por ahogamiento es de un pequeño de menos de seis años años, de nacionalidad extranjera, que se ahoga en una piscina colectiva por un descuido de sus padres o familiares.

Lucio Pallares, subdirector médico de Son Dureta, añadió sobre este punto que «la mejor receta para evitar que suceda esto es que los padres no pierdan de vista al niño».

Esto se explica con los datos de los últimos 15 años en la mano ya que indican que en el 92% de los casos el paciente no sabía nadar o lo hacía de forma deficiente, además de haber escapado a la supervisión familiar durante el ahogamiento.