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Será un centro cultural polivalente que compartirá espacio, aunque en dos edificios independientes, con la sede de la Federación de Casas Regionales. Es el antiguo cuartel de Intendencia, un antiguo convento de los agustinos situado junto a la calle Socors, que fue reconvertido para uso militar en 1848. Sin embargo, no fue hasta 1870 cuando el edificio, situado en la calle Socorro, fue utilizado como cuartel de intendencia; es decir, se convirtió en una fábrica militar. Su servicio proporcionaba el aprovisionamiento de lo necesario para la vida y comodidad de las tropas.

El antiguo edificio del cuartel de Intendencia, incluido en el catálogo municipal de edificios de interés histórico, ha permanecido cerrado durante cerca de 40 años. Hasta hace dos meses su estado era de simiabandono y a partir del año que viene recuperará una funcionalidad muy alejada del uso militar al que estuvo destinado durante años.

Hace dos meses comenzaron las obras de rehabilitación de este edificio, que dispone de 1.720 metros cuadrados y cuyas obras se ejecutarán durante los próximos 16 meses. El presupuesto ronda los 2,5 millones de euros.

Tras atravesar la puerta principal (la piedra de marés de la entrada ha sido retirada y será colocada de nuevo durante la rehabilitación), el inmueble presenta dos salas contiguas a mano derecha, con una superficie próxima a los 400 metros cuadrados. «En la mayor, se está reforzando la cimentación (trabajo que se prolongará durante las dos próximas semanas), antes de comenzar con la estructura», afirma Antonio Fernández, ayudante jefe de obra, que acompañó a Gloria Penalva, gerente de la Empresa Municipal d'Obres i Projectes (EMOP) en el recorrido que realizó por la obra.

Presiden esta inmensa sala doce columnas que serán rehabilitadas. Esta espacio lo gestionará Cort y tendrá un uso multifuncional. A mano izquierda de la entrada se encuentra el futuro espacio de las casas regionales, que será independiente del anterior y tendrá dos alturas.

Entre ambas se encuentra un espectacular túnel antibombas, de nueve metros de profundidad y cerca de 80 metros de largo, que quedará cubierto y tan sólo podrá verse su «boca» a través de una verja dotada con una iluminación especial.