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El colegio Santa Isabel de Palma concluyó ayer el traslado de los últimos 125 alumnos que han sido desalojados de este centro, cuyas instalaciones resultaron dañadas por las vibraciones que ocasionó la maquinaria pesada utilizada en las obras del metro de Palma. Así, en tres fases, se ha completado la reubicación de los 325 estudiantes afectados por las obras del metro. El grupo, que comenzó ayer en la Escuela Nacional de Vela Calanova, está compuesto por alumnos de 2º , 5º y 6º de Primaria. Todos fueron instalados en las aulas prefabricadas dispuestas en el Calanova para ampliar su capacidad y poder agrupar a la totalidad de los alumnos de Primaria del Santa Isabel; un total de 250.

La jornada transcurrió con normalidad, aunque los módulos prefabricados carecían de calefacción, hecho molesto dadas las bajas temperaturas registradas ayer en la Isla. Los alumnos se desplazaron desde el colegio Santa Isabel al Calanova en los autocares dispuestos por la Conselleria de Educació así que pocos padres acudieron al Calanova, tal y como comentó la directora del colegio Santa Isabel, Yolanda Muñoz, quien destacó «normalidad» en el traslado de los niños.

El 17 de febrero llegó el primer grupo de Primaria al Calanova. Previamente, el 10 de febrero, los 75 alumnos de Educación Infantil del colegio Santa Isabel comenzaron en el colegio Santa Mónica. Se cierra así el capítulo del desalojo de 325 alumnos afectados por las obras del metro. Una historia que comenzó el pasado 18 de noviembre cuando una fuerte vibración puso en duda la seguridad del centro. Entonces, la explicación «oficial» fue que la vibración era la réplica de un terremoto con epicentro en Argelia. El día 25 de enero, el colegio sufrió una segunda sacudida y, por segunda vez, los alumnos fueron desalojados. Esta vez, técnicos y bomberos, sí reconocieron que las vibraciones eran consecuencia de la maquinaria pesada compactante utilizada en las obras del metro. A pesar de los intentos por tranquilizar a las familias y garantizar que la estructura del edificio no corría peligro, los padres exigieron la reubicación de los alumnos, que concluyó ayer.