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El delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socías, asumirá progresivamente a lo largo de este año un mayor control, incluso político, sobre los diferentes organismos de la Administración del Estado.

El Ministerio para la Administración Públicas está preparando una reforma casi total de sus delegaciones y la aplicación de planes de modernización, tanto internos como de cara al exterior. Las medidas no afectan únicamente a Balears, sino al resto de las comunidades pero en el caso de las Islas, y en el de las autonomías donde no gobierna el PSOE, tiene una connotación política que no escapa a nadie: el Gobierno central, pese a las críticas del PP, está satisfecho de la gestión de Socías y del carácter «político» que ha dado a su gestión.

Medio centenar de cargos, entre ellos direcciones insulares de los ministerios conforman un poder político alternativo al del Govern balear. Es lo que se conoce como la Administración Periférica del Estado, que asume las competencias no transferidas a las comunidades. El nombre va a cambiar. El Ministerio dejará de utilizar el nombre de Administración Periférica del Estado y empleará los de Administración del Estado y el de Administración General del Estado.

Fuentes de la Delegación del Gobierno han explicado a Ultima Hora que es preciso modernizar «de arriba abajo» la Administración estatal y reubicar algunos servicios. El edificio de la Delegación del Gobierno, que aún asume algunas áreas de atención al público, quedará simplemente como sede institucional.

La Delegación del Gobierno es consciente de que necesita modernizar sus instalaciones. En este sentido, está prácticamente listo para ocupar un nuevo edificio de servicios que se ubica en las inmediaciones del Conservatorio de Palma y que, probablemente, se inaugure a finales de febrero o principios de marzo.