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«Lo importante es estar viva», dijo ayer Maria Antònia Munar nada más bajar del coche oficial que la condujo hasta la puerta del Consell de Mallorca cuando faltaban poco más de diez minutos para el mediodía. "Todo se relativiza mucho, lo importante es estar viva» dijo la presidenta a las personas que le preguntaban por su estado de salud. Y es que el pasado 9 de diciembre, ayer se cumplió un mes, la presidenta del Consell y de UM, de 50 años, ingresó en una clínica privada de Palma, la Palma Panas, para ser operada de un mioma, o tumor benigno no cancerígeno, en el útero; una intervención que por causas diversas había ido posponiendo.

Aquel 9 de diciembre era viernes y el domingo, pero eso se supo después, volvió a ser operada; esta vez de urgencia y prácticamente a vida o muerte. Permaneció ingresada durante varios días y poco antes de la Nochebuena le dieron el alta. Pasó las navidades en Costitx; el 31 de diciembre hizo su primera salida por Palma, citándose en un bar de Palma, el Gibson, con algunos cargos de UM. Aquél fue el primer encuentro con los suyos. Al día siguiente, primero de este año, emprendió viaje a Ciudad del Cabo (Sudáfrica) donde pasó una semana de vacaciones. Ayer acudió por primera vez al Consell. Subió las escaleronas del palacio de la antigua Diputación acompañada de Josep Lliteres (director de Relaciones Institucionales) y poco después, tras quitarse el abrigo, volvió a bajar para participar en la concentración que se celebraba en la Plaça de Cort contra el asesinato de Marie Margot Sumi, apuñadalada la noche de Reyes, por su ex pareja, un recluso que estaba de permiso.

Munar saludó a varias personas que se interesaban por su estado de salud. Tras subir nuevamente al Consell, acompañada esta vez del vicepresidente de la institución, Miquel Nadal, y de la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, la presidenta de Mallorca abrió su discurso agradeciendo el apoyo recibido estos días. «Vuestros deseos se han cumplido y aquí me tenéis; totalmente recuperada», dijo la presidenta tras afirmar que era imposible responder personalmente a todos los mensajes de afecto. Luego, en su intervención, Munar apeló a su paso por la clínica para justificar la necesidad de construir hospitales, incluso el polémico de Son Espases.